Publicado originalmente en La Voz, Edición April 2012.
Por Jessica Delgado
¿Cuánto pagarías por tu agua potable? O más importante aún, ¿hasta qué punto dejarías que una compañía siguiera sus operaciones si esto implicara extremos daños ambientales? ¿Intentarías parar sus operaciones acudiendo a tu representante gubernamental o senadores estatales por medio de cartas o llamadas? Hoy en día éstas y otras opciones parecen ser la mejor manera de atraer atención a proyectos que tienen implicaciones negativas en el medio ambiente.
En el estado de Nueva York, aún no existen plantas de desalinización pero tampoco existen proyectos que sirvan como ejemplos de alternativas sostenibles para el ambiente para obtener grandes cantidades de agua potable. La organización “Citizens Campaign for the Environment” sugiere que la mejor opción para subastar la cantidad necesaria de agua para la creciente población del condado de Rockland no es crear una planta industrial de agua de gran escala, sino más bien, la solución más económica, segura y saludable es la de emplear infraestructura verde y una política que verdaderamente optimice la conservación del agua. El manejo sostenible de agua debería ser una alternativa viable para este proyecto, para así poder proveer agua potable y evitar destrucciones al hábitat y ambiente local.
La desalinización puede que no sea la mejor alternativa para el condado y a continuación les presento un breve análisis de lo que es la desalinización y en qué consiste el proyecto propuesto por United Water, Harverstraw Water Supply Project.
La desalinización es un proceso que remueve sales y minerales del agua salada (o agua de mar) para producir agua potable, por medio de un proceso que puede ser la ósmosis inversa. Se requieren aproximadamente de 3 a 4 galones de agua salada para producir un galón de agua fresca, pero también se producen otros residuos sólidos durante el proceso de filtración: cualquier clase de concentración de residuos, minerales, químicos o contaminantes como metales pesados y PCBs. Estos residuos normalmente se colectan y se tiran a algún vertedero. Un proyecto de desalinización debería de tener una evaluación balanceada de los procesos que se ocurrirían. Una evaluación que tenga en cuenta la cantidad de agua requerida por la población, la capacidad que existe para la distribución de agua para fines agrícolas, industriales y preservación de la naturaleza, como también, la cantidad de agua potable necesaria para satisfacer el consumo individual dentro del condado.
El 20 de abril de este año culminó el período en el que el Departamento de Conservación Ambiental (DEC) del estado de NY aceptaba comentarios del público sobre el proyecto de desalinización propuesto por United Water New York. Este proyecto busca obtener grandes cantidades de agua potable para los residentes del condado de Rockland, NY, por medio de una planta de desalinización que filtraría el agua proveniente del Río Hudson, ubicada en la zona de Harvestraw Bay. El proyecto propuesto por United Water tiene consecuencias ambientales no directamente explícitas en la declaración de los impactos ambientales, “Draft Environmental Impact Statement” (DEIS), el cual obliga la compañía a crear un documento con todas las implicaciones ambientales del proyecto para el DEC. Este documento no incluye todas las posibles consecuencias que tienen el proyecto y la propuesta planta de desalinización al hábitat local y a la calidad del agua en el Río Hudson. A su vez al documento le falta evaluar los posibles impactos a la salud pública, por el consumo local del agua de éste río, que a su vez, se encuentra ubicado en cercanía a la planta nuclear Indian Point.
Vista aérea del Río Hudson/Haverstraw Bay. Muestra la proximidad de Indian Point y la ubicación propuesta del proyecto de desalinización de United Water a 3,5 millas (Imágenes de Rockland Water Coalition en Facebook).
El DEIS tampoco especifica adecuadamente los impactos que este proyecto tendría sobre el uso de las aguas costales y las vías navegables interiores del Harvestraw Bay, que por estar clasificado como “Hábitat importante de peces costeros y vida silvestre”, está protegido por la Administración de la Zona Costera (CZM, según sus siglas en inglés) del Departamento de Estado de Nueva York (DOS). La industria pesquera recreativa y comercial del área del Atlántico del Norte y el Hudson dependen de éste importante ecosistema, y a su vez, éste hábitat, crítico para los peces y la fauna, se vería afectado negativamente por el consumo de agua y la descarga de contaminantes dañinos asociados con la desalinización en la misma.
Además de las graves consecuencias ambientales que tiene un proceso como la desalinización, también podría tener altos costos monetarios y energéticos. Para el condado de Rockland, ésto implicaría costos para la construcción, la operación y el mantenimiento de la planta. Se anticipa que los costos de operación aumentarían con los años, porque están conectados con el precio de la energía en el mercado internacional. Por otra parte, a pesar de que se utilizarían tecnologías avanzadas para desalinizar el agua del Río Hudson, como explicó Steven Goudsmith de United Water, éstas requieren enormes cantidades de energía para procesar y filtrar el agua. Para lograr que se empleen éstas y otras tecnologías similares—que podrían tener graves efectos sobre la fauna y el estuario del Río Hudson, que requerirían grandes gastos monetarios y grandes consumos energéticos—sería necesario planificar inteligentemente, tomando en cuenta los gastos y beneficios de un determinado proyecto, las tecnologías más apropiadas e incorporarlo durante todas las etapas del proyecto. Los ciudadanos también tenemos el deber de ejercer nuestros derechos como consumidores responsables y preocupados por el bienestar de nuestro ecosistema local, el estuario del Río Hudson.
Para más información: http://www.citizenscampaign.org/campaigns/hudson-river-desalination.asp y http://www.midhudsonnews.com/News/2012/March/07/desal_hrng-07Mar12.html